¿Que si alguien más sabía? No puedo responder. Sí, puede ser que se hayan imaginado, quienes llegaron a verme, que todo iba por 'ganarme' a alguien.
Siempre fui vista como quien no se sometía, quien no quería cambiar, quien era libre, quien no se preocupaba. Está de más decir que aquel cuento llegó a su fin. Y tuvimos entonces que no era tanto así, que solamente me faltaba tiempo.
Las lineas que me dibujaban dejaron de parecerme lo que eran y las vi hechas un manojo de inexactitud e irrealidad, y debí reconocer que mis banderas estuvieron hechas de palabras y apariencias.
¡Y yo luchaba, mi vidita! ¡Me moría de ganas de mudar! De salirme de este cuerpo, de las telas, de mi idioma, de mis letras, de la voz, de mi piel, del color, de la forma, de mi inicio, de la edad, de la calle, de un destino, de caminos, de ciudad, de identidad, de historia. Quería impresionarte o arrollarte, o aturdirte y hasta robarte.
Quería dejarte queriendo más de mí, soñando conmigo, abrazándote a una almohada. Quería ser como una de esas mujeres, que parece que esperaron a ser mujeres sólo hasta encontrarse ante tus ojos.
Estaba entre mis planes salirme con la mía, hacer que te rindieras, que te desconocieras, que te hiciera llorar la idea de verme ir. ¿Qué tanto podía costar dejar de ser quien era por ser quien más amaras tú? Si esa carga en la que a veces me volvía no me hacía feliz. ¿Feliz? ¿Cómo ser feliz? ¿Cómo estar tranquila con algo como yo?
Porque claro que por más que traten de convencernos de que somos maravillas, nosotros (incluida yo) solemos aferrarnos a la negación, que después también sale halagada, por parecer modestia.
Correr por las mañanas, leer por las noches, aprender por las tardes posibles temas de conversación. Tener como lema: 'la gente no valora lo que no le cuesta', llevar sobre la espalda un kit de posibilidad. Escribirte cartas como si ya las leyeras, como si supieras que yo existo junto a ti.
Jurarte fidelidad y amor sin que te des por enterado y no salir por miedo a que te haga falta estar conmigo, procurar aprender a cuidarte, querer darte todo sin cotar con check list, ni siquiera para mí.
Tener siempre la certeza de que 'si yo estuviera en su lugar', 'si tuviera la oportunidad que ha tenido ella', 'si estuviera a prueba', 'si quedara en mí buscar venganza', no te faltaría nada conmigo.
Pero todos ya sabemos que un ente vacío no puede llenar a otro a voluntad, y tú también te diste cuenta. Quizá por ello fue que me vi al final del camino mordiéndome los labios, practicando la reversión del llanto, cuando te vi dando un salto en cámara lenta hacia el desinterés por el resto del mundo y de la mano de alguien, que parece haber esperado a ser quien es sólo hasta el momento de estar frente a tus ojos.
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