Veo la luz que te toca, con media sonrisa
tus ojos y tu boca
Apenas me avisa la vida empapada:
me dice que no hay solución sin tu alma
Ahora me toma las manos la nada
Me arrulla el silencio de la cocina a la cama
Me sacude el cabello tu palabra rotunda
Me queda el sabor de los besos de ayuda
Y no hay camino
libre de vergüenza y laberintos
No tengo más entereza y te lo digo a gritos
¿Quién puede ser
ese desorden que ciega
el resto de los días que él mismo se niega?
Puedo también escuchar la respuesta
en cuanto delire que tu abrazo me suelta
Pides que camine sin mirar más las llagas
que detener el pasado me ha dejado en las palmas
Entonces se vuelven tus puertas abiertas
con más promesas que historias inciertas
y espero regalar mañanas sin peligro
Y no pensar que es mejor si emigro
Porque no hay camino
libre de vergüenza y laberintos
No tengo más entereza y te lo digo a gritos
¿Quién puede ser
ese desorden que ciega
el resto de los días que él mismo se niega?
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