A veces, cuando quiero besarte, te muerdo.
Si busco tenerte, me encierro. Si digo esperarte, me voy.
A veces creo ser frágil y luego me convierto en un muro.
Y si pienso en irme, te tomo la mano.
Cuando la soledad me llama, te invito a quedarte.
Si sale el sol, deseo dormir contigo.
Cada vez que me propongo dejar de insistir, te agobio.
Porque a veces, cuando prefiero odiarte, te quiero.
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