jueves, 30 de enero de 2020

Todavía

Todo pasa afuera. Fuera de ti y de mí.
Lejos. Con letargo.
Pasa  y nada pasa.
Pausa.
Camino.

Anotaste el día, con letras como ganchos.
Yo no tuve que asegurarlo
sobre una de tantas paredes.
Fue un 21. El 19. Un dos mil. Uno tras otro.
Dejé de secarme, de alejarme, de dolerme.
De esperarte.

Llegó la preciada u-ni-for-mi-dad.
El flujo, la calma.
Fuiste feliz en la distancia, con las noches,
con los cafés, rumbo a cualquier nuevo espiral.

A ti nunca te dolió.
No debiste hundirte en dudas.
Si acaso, me dedicaste tu mirada ajena, rencorosa.
Una sucesión minimizante.

Pasó aquello. Tú sabes cuánto, cómo,
cuándo, dónde, para qué, con quién.
En la interminable pausa. Y también antes.

Pasó. Y yo todavía quiero hablar de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario