Trato de evitarlo
Pongo toda la distancia
que me es posible entre
una renovación y otra,
hasta que seguir
caminando en mis zapatos
parece penitencia medieval.
No visito muchos lugares
En el primero o en el
segundo sitio encuentro
algo sencillo y barato,
que tenga un poquito de personalidad,
sin embargo.
Mis posibilidades son limitadas
A veces, lo que más
me gusta está en el género
contrario,
del otro lado del piso.
Tengo que aceptar
que siempre estoy
llena de esperanza cuando pido
en un inicio un 25.
La mayor parte de mí
sabe que eso no funciona.
Hace tiempo que
dejó de existir la
excusa de 'a veces
vienen reducidos'.
Incluso, en ciertas tiendas
existen los 'números y medios'
o 'medios números' y
también los solicito.
Porque, claro,
igualmente me gusta
postergar la pena
de aceptar
que necesito un 26.
Y entre más grandes
pido los zapatos,
más encojo yo
en el asiento
acojinado, en frente
del espejo, con algunas
miradas curiosas al rededor.
Así son las cosas,
desproporcionadas,
y surrealistas
y ridículas.
A mí me tocaron pies de yeti
Pudo haber sido peor
Pude haber tenido en cambio
un ego gigante.
y surrealistas
y ridículas.
A mí me tocaron pies de yeti
Pudo haber sido peor
Pude haber tenido en cambio
un ego gigante.
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