Por andar con ojos mudos
y bocas sordas
Por querer ver con oídos ciegos
y ser muy diestros
para actuar siniestros
Por ser, no obstante,
muy mancos
para dar ayuda
Por vivir con cerebros cardíacos
y pechos viscerales
Por andar mandando con
los intestinos lo que no le sale
a la cabeza
Por no ser más que humanos
y sentirnos elegidos,
por ser más pequeños que
las cosas que dejamos ir
Por seguir buscando
lo que nadie tiene
Por no entregarnos a otros
porque 'qué me va a dejar'
Por no acordarse nunca
de que el tiempo se acaba
y le damos tantas vueltas
a lo que no da más
vida que ahora
Por la resistencia a reír con carcajadas
Por encontrar más fácil tragarse el odio
que deshacer los conjuros
diciéndoles: 'ya no'
Por no saber ponerle fin
a lo que ya no sirve
Por todas estas cosas
no entendemos qué
es ese ruido y qué es eso
que lo causa,
eso a lo que antes tanta gente
le llamaba 'corazón'.
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