Cuando me pongo a pensar
en razones para
no quererte,
termino fallando.
Cuando busco excusas
para justificar que no
estemos juntos,
me da por sentirme triste,
porque no me estoy
diciendo la verdad.
Cuando pienso que estoy
bien sin hablar contigo,
me doy cuenta de que podría
dejar casi toda mi vida
de lado porque tú y yo
fuéramos más.
Cuando me propongo
desistir de obligarnos a estar
otra vez
en el mismo lugar
de antes,
me convenzo para ‘iniciar’ nuevamente
este dialelo, en el que quiero
tener todo listo
por si la vida
lo desea aún más que yo.
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