sábado, 10 de agosto de 2019

Miau

Podríamos ser dos gatos. Rendirnos en turnos, abrazarnos sobre los costados.

Subamos a los techos, poseamos todo bajo nuestros ojos.

Te invito a vigilar las estrellas en el cielo, por si a alguien se le ocurriera mover alguna sin autorización.

Podríamos ser los pardos, correr juntos, andar enajenados.

Seamos seguidores uno del otro, inalcanzables y orgullosos. Llamarnos a los gritos, despertar a todos.

Déjame acariciarte el cabello. Déjame ir de tu boca hasta la espalda. Podría besarte con los dientes, tocarte sin que sea amor violento.

Tenemos permitido cambiar con frecuencia y lograr que nadie nos conozca ni conduzca, no dejar que nos enjaulen. Ser cualquieras.

Podríamos ser dos gatos. Quedarnos juntos siete vidas, setenta veces siete, catorce años,  cinco mil ciento trece citas para ver la luna.




viernes, 9 de agosto de 2019

Ventana


Nos despedimos porque en realidad yo me puse cómoda muy pronto y no debía. 

Había sido tu invitación, sí, pero estuviste acostumbrado siempre a ver a los demás con una fecha de caducidad por delante. 

Te dejé enredarme, un día tras otro. Llegaste a mí con un manual bien estudiado para que no sobreviviera a tus palabras. 

No pasaron más de doce meses cuando te había entregado mi voluntad, aunque no estuviera firmada. Cuando te acordaste, me viste los números. Ya iba siendo hora de que te dejara libre. 

Quise regresar sobre mis pasos. Decirte: así no es. 

Pero vi que mi vida cupo en seis bolsas de basura. En esta ocasión fue lo contrario del dicho popular: dijiste que me llevara todo lo que fuera mío y lo único que quería que fuera mío eras tú.

Antes de esto  mantenía la esperanza de que quisieras detenerme. Y yo lo entendería como una oportunidad de hablar contigo muchas horas.

No sucedió.

Así que no puedo creer que este día lo haya empezado tan cerca  y no vaya a concluirlo en tu presencia. No puedo creer que fuera tan corto el último beso me diste cuando llegaste.

No puedo creer tampoco que ese abrazo inocente no haya encontrado respuesta, porque ya estabas soltándome la mano. No puedo creer que hayas decidido que así fuera el día que empezábamos a dejar de estar, a dar la vuelta en caminos opuestos.

Y estoy deseando que ya pase. Que cuando despierte, después de lo peor, hayan corrido ya tres meses o tres años. Y esté mejor sin ti o para siempre contigo.

Te amo, carajo.

No cambia nada porque deje de verte, porque cuando abra los ojos no te vea. 

¿Por qué no puedes amarme igual?


 

miércoles, 7 de agosto de 2019

Corrección

Qué ganas de decirte "vida", de decirte "muerte", de cuánto para darte, de pedirte, de mirarte y desconocerte.


Qué ganas de pertenecernos, de perdernos, de encontrarnos y escondernos, de dejarte sentado junto a mi suerte.


Qué ganas de ser yo en tu presencia, quien siente tus desgracias, que se sabe de ti todo, que se ganó dormir  a tu lado. O ser capaz de elegir pasar las noches despiertas.


¿Cómo puede ser alguien capaz de dejarlo pasar? ¿Cómo se deja ver huyendo los días de lejos, inmóviles, inhumanos, sin sufrir por no compartir tu aire?


Qué ganas de abrirte todas mis puertas, de rendirme y decirte: ‘te entrego lo que soy’. Cómo me urge que sepas quién te habla, quién te pide, aunque esto resulte en no volver a contar contigo.


Qué ganas de reivindicarme y volver a nacer. Qué ganas de ser la que te tiene. Qué ganas de escribirte y envolverte. Qué ganas de ser por ti.


lunes, 5 de agosto de 2019

Lunes otra vez

¿Podría tocarte? ¿Alcanzar tu cabello, pedirte que me uses de refugio?

¿Puedo escucharte el corazón, tomarte de la mano sin excusas?

¿Llevarte a un incendio, nadar entre las calles, volar en el metro?


¿Por qué no quedamos para mañana? ¿Querrías salir conmigo a enmudecer a todos?

O caminar con rumbo y ver que nos miramos.



¿Podrías quedarte hoy? ¿Y también todos los días? ¿Podrías hacer como si fuéramos?

¿Puedo decirte que no es poco?



Archivo del blog