Entre la vergüenza, la sonrisa triste y la fijación, busqué tu número. Había escrito tu nombre correctamente. ¿Me daba algún punto extra?
A la izquierda, tu foto me recibió con severidad junto al último mensaje enviado antes de dejar de verte. Era un '¿tú dónde estás?'
Y es casi premonitorio, porque todavía quiero saber.